Ya no hay más qué decir
La chica corrió, rodó cuesta abajo, y se perdió en la inmensidad del mar.
Ya no hay más ojos que me reten a mirarla
Ya no hay más labios que se deshagan en mentiras
Ya no hay más piel transparente...
Se ha ido y se ha llevado, de entre todo lo que yo tenía, lo único que le negué siempre:
el corazón y una lágrima.
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