Fui a caminar, y a mi mente llegó un verso de Irma Pineda: "Me vestí con la más hermosa de mis tristezas y salí a andar todos los caminos que jamás me llevaron a ti..."
Lo que tengo hoy es eso, una tristeza hermosa y profunda, como de herida que sangra cálida y brillante, pero que duele muy adentro.
Todo en mí es ahora igual que las nubes que visten a nuestro país: Gris, lúgubre y suspenso en tiempo y espacio.
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